Lunares: Una constelación de mil historias

Amo mis lunares. Son pequeños puntos que forman constelaciones en mi cuerpo y cuentan historias. Son parte de mi identidad y sin ellos simplemente no sería la misma persona. Recorrerlos es un trabajo de amor propio que me recuerda que debo vivir en el presente y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.

Todo muy bonito, pero la verdad es que no siempre me sentí así: cuando era pequeña, tenía un lunar cerca de la nariz y aunque no me molestaba para nada, las miradas y los comentarios de otras personas afectaron la manera en que me percibía y terminé por quitármelo.

 

Después de eso decidí que las cosas que hiciera debían ser por mí, no por los demás. Aprendí a amar mi cuerpo como es, con cada pequeño detalle que me hace única, pero esto se reflejó en muchas otras cosas. También empecé a vestirme distinto, no por lo que estaba de moda o lo que otras personas usaban, sino lo que me hacía sentir cómoda, con combinaciones que a mi me gustaban y poco a poco desarrollé un estilo propio que se transformó conmigo. 

 

Tener muchos lunares también es una tarea de reconocimiento: conozco cada uno, desde mis pies hasta las palmas de mi mano. Debo estar atenta a una irregularidad o a un nuevo lunar, tener mucho cuidado con el sol y usar siempre un buen bloqueador se volvió parte de mi rutina. 

Soy mis constelaciones, contengo multitudes. Cada punto representa una gran parte de mí, cuidarlos es una tarea que nunca terminará, por eso necesito la mejor ayuda disponible. Con Rice & Shine he encontrado un aliado que de manera natural me ayuda a cuidar mi esencia y a lucir mi mejor versión de todo lo que soy.

 

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