Un niño se crió entre molinos y montañas de arroz y desde muy chico desarrolló una curiosidad por saber porqué sus manos se sentían tan suaves después de jugar ahí.
El descubrimiento llegó a sus vidas como un happy accident. Intentaron crear un aceite comestible del Germen de Arroz que al ser evaluado se conviertió en un elixir revolucionario con la mas alta concentración de vitamina E en el mundo. A raíz de este descubrimiento, este elixir solo se podía usar en la piel. Al cabo de los años se han visto sus inumerables beneficios y su increíble poder de sanación.